En 2500 AC bajas temperaturas fueron usadas en la medicina egipcia. El uso del frío fue recomendado por Hipocrates para parar el sangrado y la inflamación. Posteriormente, Robert Boyle estudio los efectos de las bajas temperaturas en animales. En 1949 el esperma de toro fue criopreservado por primera vez por el equipo de científicos liderados por Christopher Polge (1926-2006). Esto condujo a un uso mucho más amplio de la criopreservacion. Algunas suspensiones de células (como sangre y semen) y secciones delgadas de tejidos pueden ser almacenadas casi indefinidamente a la temperatura del nitrogeno liquido, el sperma humano, óvulos y embriones son normalmente almacenados en investigación y tratamientos de fertilidad.
Las de velocidad controlada y congelación lenta son tecnicas bien establecidas que fueron pioneras en la decada de los 70s que permitieron nacimientos a partir de embriones humanos congelados en 1984. Desde entonces, las máquinas que congelan las muestras biológicas usando pasos programables, o las tasas controladas, se han usado en todo el mundo para humanos, animales y biología celular. Estas maquinas se utilizan para el congelamiento de ovocitos, piel, productos de la sangre, embriones, esperma, células madre y preservación general de tejidos en hospitales, prácticas veterinarias y laboratorios de investigación.
CRIOBIOLOGIA EN HUMANOS
Los gametos y embrione humanos de 2, 4 y 8 células pueden sobrevivir criopreservados a -196 °C por 10 años en condiciones de laboratorio muy bien controlados.
La cripreservacion en seres humanos, se refiere a la preservación de embriones, esperma u óvulos a través de la congelación. La concepción, in vitro, se intenta cuando el esperma se descongela y se introduce en los óvulos frescos, los óvulos congelados se descongelan y el esperma se coloca con el óvulo y juntos se ponen de regreso dentro del útero o el embrión congelado se introduce dentro del útero. La vitrificación tiene fallas y no es tan confiable como la congelación para fertilizar esperma, óvulos o embriones tradicionalmente porque los óvulos son extremadamente sensibles a la temperatura. Muchas investigaciones son también sobre congelamiento de tejido de ovarios en relación con la espera a que estos tejidos puedan ser trasplantados de vuelta en los úteros, estimulando los ciclos normales de la ovulación.
En septiembre de 2004 el Profesor Donnez de Louvain en Bélgica reportó el primer nacimiento exitoso usando tejido ovárico congelado.
En 1997 muestras de corteza ovárica fueron tomadas de una mujer con linfoma y criopreservación de Hodgkin (Planer, Reino Unido) en un congelador de velocidad controlada en el que se almacenaba nitrógeno líquido. La quimioterapia se inició y luego la paciente tuvo una falla ovárica prematura.
En 2003, después de congelación y descongelación se realizó un autotransplante orto tópico de tejido cortical ovárico se realizo por laparoscopía, y cinco meses después de la reimplantación, los signos indicaron la recuperación de los ciclos de ovulación regulares. Once meses después de la re implantación, un embarazo intrauterino viable fue confirmado, lo que resultó el primer nacimiento de una chica llamada Tamara.